domingo, 28 de octubre de 2018

Retomando buenas costumbres

Llevo como dos días pensando retomar el blog y dándole vueltas a qué decir. Y así continúo. Bueno, me he abierto paso a las entrañas de esta pequeña parcela cibernética pero sigo sin saber exactamente qué exponer. Quizá lo primero sería pedir perdón por tanto tiempo de silencio. Necesitaba distanciarme un poco de todo. No solo de este blog; de los libros, de todo el mundillo literario (evidentemente mi participación en redes sociales también bajó a mínimos).
¿Por qué?
Pues  por varios motivos: el primero y más importante, porque lo necesitaba.
Así, sin más. Digamos que nunca he llevado demasiado bien la presión y la única manera de evitar que estallase fue aflojar la válvula. Una válvula apretada por varias fuerzas: la editorial, el trabajo y yo misma. Aunque si esperabais explicaciones (y sé que así es porque muchos me habéis preguntado) os diré que ahora no me apetece entrar en detalles del pasado, dejémoslo en que este descanso me ha servido para poner en orden muchas ideas y sobre todo prioridades.
En cualquier caso aquí estoy de nuevo, dispuesta a retomar aquello que dejé hace más o menos seis años, cuando se publicó mi último libro (el que cerró la saga Lycos).
Pero (siempre hay un pero) que dejara de estar tan visible no significa que dejara de escribir. Y es que es imposible que un escritor abandone por completo las letras. Así que tengo varias noticias que daros.
La primera y creo que más importante es mi vuelta "al ruedo", esta vez de la mano de la autopublicación. ¿Y por qué alguien que publicaba con editorial se pasaría a esta otra opción? Pues porque, como habéis leído antes, una de las fuerzas que apretaba la válvula era esa. Y, ¡ojo!, con esto no quiero decir que me trataran mal, ni mucho menos, pero después de varios libros publicados, libros que habían sido éxitos y que todo el mundo disfrutaba y esperaba, decidir terminarlos fue como cerrar el grifo de unos ingresos asegurados (ya sabemos que no son hermanitas de la caridad). Me ofrecieron empezar otros pero con plazos de entrega y sabe Dios que eso no va conmigo. Bueno, eso entre otras cosas. Así que básicamente el motivo que me alienta a optar por esta otra vía es: la libertad que ofrece y que necesito para poder trabajar y ofrecer lo mejor de mi.
La segunda, y que se desprende de la primera: Tengo nuevas obras que mostraros. Como he apuntado antes: que me alejara de este mundillo no significa que dejara de escribir. Y, por supuesto, mi intención es continuar haciéndolo. A las dos obras inéditas que tengo, también puedo añadir los inicios de otras dos, que iré culminando a mi ritmo y sin tensiones, que es como creo que se deben hacer las cosas que queremos que salgan bien: con tesón pero con cariño.
Y tercero: empiezo en breve mi incursión en Amazon con la obra que nada tiene que ver con las que me dieron a conocer.
Hace mucho tiempo, años, concretamente el día que presenté la segunda entrega de los Lycos (El secreto de la noche), la que por entonces era mi editora, me dijo algo que desde entonces no me he quitado de la cabeza: tienes mucho talento y sé que eres capaz de escribir el género que quieras. Desde luego no me lo tomé como un piropo porque tengo la mala costumbre de retarme a mi misma continuamente. Así que esa frase que, probablemente fue dicha como un halago para templarme los nervios frente a una presentación importante (la hacía junto a Carme Chaparro), la tomé como eso: un reto. Y así empezó a fraguarse: La raza número 4.
No os voy a aburrir hablando de la obra pues creo recordar que ya hay entradas en el blog en las que lo hago (https://jezzburning.blogspot.com/2011/09/critica-de-la-raza-numero-4-en.html), solo os diré que gracias a la profesionalidad de Joana Castro del Cabo le he dado una nueva imagen. Y que pronto os informaré de más novedades que espero disfrutéis. De momento os dejo con la nueva portada es esta obra.
Gracias a todos/as por vuestra paciencia.

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