La documentación

Hoy quiero hablar sobre la documentación que se realiza a la hora de escribir un libro. Es una de las partes más importantes a la hora de la estructuración de la novela. Ella, es la que consigue que una trama sea más creíble.
Cuando he leído un libro y me ha llamado la atención alguna parte basada en la Historia siempre investigo un poco acerca de ello, sobre la época o sobre el acontecimiento en concreto. Me gusta seguir los pasos que siguió la autora en su momento.
Quizá por eso mismo yo también trato de usar esos momentos o datos históricos con el mayor rigor posible. Hay que tener en cuenta que al escribir nuestra historia no siempre se puede ceñir completamente pero trabajar para adecuarla todo lo posible es siempre enriquecedor e incluso puede llegar a ser divertido, aunque hay que ir con cuidado y controlando el espacio/tiempo.
Me apetece contaros, por ejemplo, que cuando escribía El secreto de la noche y tuve que explicar los orígenes de Atrox/Arom, me lo pasé increíblemente bien. A medida que investigaba la caída de Constantinopla cada vez me maravillaba más viendo las magníficas coincidencias que podía usar. Quizá os sorprenda saber que todo cuando explico ocurrió de verdad, exceptuando la participación de mis personajes naturalmente, pero es cierto la forma en que cayó, que tuvo lugar un eclipse parcial de luna, que el valle se llama Lycos así como el río cercano que baña con sus aguas el paraje, y que la leyenda sobre la que depositaban su esperanza y que decía que Constantinopla jamás caería mientras la luna brillara en el cielo, también es real.
Con Noche de Ofrenda, ocurre lo mismo. Toda la historia que explica los ires y venires del padre de Amarok, es cierta.
Ahora me encuentro trabajando en Conspiración en la Noche, el libro que protagoniza Varulf. Con este libro en cuestión me encontraba con un problema serio: tenía que explicar los orígenes de los licos como raza y eso iba a ser realmente complicado. Las horas de búsqueda y estudio han sido muchas y muy intensas, no obstante seguía sin encontrar respuesta a esa gran incógnita tan importante para el libro.
Hasta que recordé que hacía ya al menos un año adquirí una revista del National Geographic con un monográfico sobre los vikingos.
En la revista, la noticia sobre un nuevo descubrimiento de restos arqueológicos en el sur de Dinamarca, llamó mi atención. Los investigadores explican varias hipótesis para dar razón a la presencia de una embarcación que data de muchos años antes de que los vikingos comenzaran su expansión.
Yo encontré otra. Investigué, rebusqué, leí, escuché y vi tanta información acerca del tema que apenas si podía creerlo. Hasta que mis ojos toparon con otro enigma, que podía explicar el misterio.
Y así nació el origen de los Licos, esos lobillos que muchos ya han aceptado y esperan disfrutar en cada libro.
Y aquí sigo, al pie del cañón, sumergiéndome en el océano de datos para dar con los detalles adecuados, esos que hacen que se pueda mirar un libro de otro modo.