viernes, 27 de abril de 2007

Saga Licos

Quise hacerles ver que cuanto valoraban, no estaba más que originado por la amistad, el cariño y el amor que me profesaban. Quise que se dieran cuenta, de una vez por todas, que no podían tener razón puesto que yo no encontraba la base necesaria que respaldara sus afirmaciones. Quise que entendieran que no se pueden crear castillos de arena en el aire por muy denso que éste sea. Quise, en pocas palabras, demostrarles que se equivocaban, sin pararme a pensar ni un sólo momento que la única equivocada era yo.

Con esa intención nació Al llegar la noche, mi primera obra publicada.

Mientras trabajaba en ella, como me ha ocurrido con cada uno de los relatos que he dado a luz, me enamoré perdidamente de la historia y de sus personajes. Me cautivaban y me seducían con una fuerza poderosa y arrolladora, hasta el punto de guiar ellos mismos mis pensamientos y mis dedos sobre el teclado. Algunos incluso abusaron de mí, adquiriendo vida propia y decidiendo por sí mismos cuanto querían hacer. Me robaron el sueño de muchas noches y el descanso de muchos días. Durante las horas que debería emplear mi mente en otros menesteres, desde las profundidades de mi subconsciente me llegaban traviesos guiños y sonrisas cómplices, tratando de engatusarme para que olvidara cualquier obligación que no tuviera que ver con ellos, y les dedicara todo mi tiempo.

Así de granujas y tentadoramente atractivos son ellos. Y yo, una simple marioneta que pone letra a sus antojos. Atrapada entre la maliciosa belleza de su mundo y la cruda realidad del mío.

Ahora, terminada ya la segunda entrega, y dedicada sólo al repaso y pulido del texto, siguen incitándome con sus malas artes para que dedique atención a sus nuevas correrías. ¿Y qué puedo hacer yo? Sólo cerrar los ojos, agudizar el oído y escuchar atenta todo aquello que deseen contarme.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ufffa, que calladito te lo tenías!
Tu nombre, la plantilla, la música...que pasote nena!!!
Bueno, como me pierde lo barriobajero (palabras tuyas y no mías), sólo quería aprovechar para agradecerte el que un día me dieras consejo.
Tengo un enorme NO colgado en una de las paredes de la cueva y a partir de ahí, decidí olvidar todas las cosas que empezaran con la dichosa palabreja, (lo de rechazar los "actos impuros" me está costando un mundo).
Leo alborozada que ya has parido tu segunda novela, ¿sabes si por idolatrar a la autora hacen descuento en la compra una vez la hayas publicado?
Te echo de menos.
Besos
Ana

Anónimo dijo...

Efectivamente estabas COMPLETA Y ABSOLUTAMENTE equivocada. Y como rectificar es de sabios la admisión de tu equivocación nos ha dejado una maravillosa saga de Licos: Lycaon, Atrox, Amarok, Anpu... VARULF (no digo nada, pero tú ya me entiendes), ocuparán un lugar de honor en las estanterias de las lectoras "no cansativas"

Si me pusiera ñoña y melindrosa te diría aquello de "Gracias por existir" pero, como muy bien sabes, ese no es mi natural, sólo te diré: ¡Sigue escribiendo por Dios, sigue escribiendo!