Puedo darle las gracias a Lucía, ella lo sabe, pero jamás lo podría repetir las veces necesarias para que se hiciera una idea de lo que siento. Te quiero loba!!
Si hacer la reseña o crítica de un libro es dificil, lo que ella ha hecho con la Saga Licos lo es aún más. Aquí os dejo sus palabras:
Presentación de Sucumbir a la noche (última entrega de la saga Licos), de Jezz Burning, en la FNAC de La Maquinista de Barcelona.
Para mí no es nada fácil presentaros este libro de Jezz Burning. No puedo ser objetiva por mucho que lo intente, ya que si Jezz es la feliz mamá de todos y cada uno de sus cachorros nocturnos, yo sin duda puedo erigirme en la tieta de todos ellos. No la única, no; pero sí una de ese reducido núcleo familiar que hemos formado los componentes de La Lobera, la cafetería virtual que, hace ahora cinco años, se formó en torno a una autora que acababa de ganar el Primer Premio Terciopelo de Novela Romántica con el libro con el que arranca esta serie: Al llegar la noche.
Y aunque esta mañana estamos aquí reunidos para dar el pistoletazo de salida al cierre magistral de la misma con la última entrega de esta pentalogía: Sucumbir a la noche, a mí me resulta imposible hablar de esta novela sin hacer antes un repaso a toda la serie Licos. Porque, aunque todos sus libros pueden ser leídos por separado, sin duda disfrutaremos más de estas historias si lo hacemos en el orden cronológico en el que fueron escritas.
Sucumbir a la noche cierra una saga llega de acción, misterio, romance y leyendas que la autora ha introducido en nuestros hogares hasta hacernos dudar de dónde acaba la ficción y empieza la posibilidad de que, oculto entre sus párrafos, se esconda un poso de realidad.
A nadie se le escapa que Jezz Burning, además de ser la pionera de este nuevo resurgir que hoy vive la literatura romántica española, es además la precursora de la novela paranormal romántica nacional. Con ella hemos descubierto que escribir bonito y romántico no es sinónimo de la cursilería y el sentimentalismo que tanto daño ha hecho a este género, enclavado dentro de una literatura hecha por mujeres, para mujeres. Lecturas para chicas fantasiosas de poco nivel cultural y menos realización personal. Pues no, señores, con Jezz hemos visto que esto no es cierto. No lo era ya antes, pero poca gente estaba al corriente de ello. Sin embargo, Raquel Barco (el nombre que se esconde bajo el pseudónimo con el que firma esta saga) nos lo ha demostrado con hechos. Yo puedo decir, con pleno conocimiento de causa, que ella tiene auténticos fans entre el género masculino y mi hermano es una clara prueba de ello, que se ha leído todos sus libros, incluido el de La Raza nº 4.
Y ¿por qué? Quizá sea por esa facilidad que tiene para hacernos “ver” cada una de las escenas que nos relata como si estuviera pasando una película ante nuestros ojos, o tal vez la magistral forma de narrarnos una escena de acción, o la de meternos en una historia tan inverosímil como anhelada… Porque lo cierto es que los libros de Jezz Burning no se leen, se viven.
Pero sin duda, el principal motivo es porque Jezz tiene “oficio”. Hay personas que piensan que escribir es un arte, y sí, en su caso particular es cierto; pero ningún arte es real y perdurable si no va acompañado de técnica. Y Raquel tiene mucha, pero además tiene inteligencia.
Inteligencia para aplicar los resultados de sus años de estudios teóricos a las historias y los personajes que conforman esta serie. En ella descubrimos, entre otras cosas, a todos los arquetipos y personalidades masculinas que se dan vida en la novela romántica.
El poderoso aristócrata orgulloso, personificado en el primer protagonista: Lucan Dux (o su alter ego, Lycaon). El Alfa de la manada de Durango, México, cuya historia de amor con Manon, una arqueóloga humana, se relata en Al llegar la noche.
El personaje atormentado, oscuro y misterioso, al que da vida en Arom Partenios, más conocido por Atrox, al que la periodista Corliss Svenson, también humana, ayudará a salir de las sombras de su vida en El secreto de la noche.
El leal, reflexivo y casi místico Amarok, al que su gran sentido de la responsabilidad colocará en las mismas puertas de la muerte y que nunca atravesará gracias a su poder para reconocer el amor sin tapujos en brazos de Galilahi, una india cherokee igual que él, a los que conoceremos en Noche de ofrenda.
El manipulador, canalla y libertino Varulf, El Sueco, personaje principal de toda la serie, al que consigue enamorar de una pura, Selenia, tan dura, fuerte de carácter y sarcástica como él mismo y con los que vibraremos en Conspiración en la noche.
El torturado y misterioso Anpu, un egipcio que ha sido traicionado por el amor de una mujer que le obligó a llevar a cabo acciones que ni él mismo es capaz de perdonarse.
Y, por último, el joven, alocado e inmaduro Koram, quien crecerá para poder conquistar el corazón de la mujer que sólo le ve como un hermano mayor, Citlalli. A estos dos prototipos últimos los conoceremos precisamente en la novela que hoy nos ocupa: Sucumbir a la noche.
Y con Sucumbir a la noche “vivimos”, precisamente, el cierre de esta saga. En él todos los interrogantes que nos ha ido planteando a lo largo de toda la historia de los licos quedan resueltos. No deja ni un solo cabo suelto y los porqués que tanto han rondado nuestras cabezas quedan respondidos uno por uno.
Una saga para la que Jezz Burning ha utilizado diferentes técnicas narrativas, algunas nada habituales en la romántica pero que nos sirven para que tengamos una clara perspectiva de ese gran oficio que antes comentaba. Desde el flash-back, del que se sirve Amarok para mostrarnos los episodios acaecidos en los albores de la historia que envuelve la trama de Noche de Ofrenda, al relato hacia atrás que utiliza en los sueños reveladores de Selenia en Conspiración en la noche. O también la magistral pericia para llevar dos tramas principales paralelas en Sucumbir a la noche, sin perder de vista las subtramas que todas las novelas comprenden y compaginan entre sí y que forman el hilo conductor de esta pentalogía.
Porque esta serie tiene, en sí misma, posee la configuración de cualquier historia: un planteamiento (que nos revelan Lycaon y Atrox), un nudo (que vivimos de la mano de Amarok y en la primera parte de la historia de Varulf) y un desenlace (que empezaremos a vislumbrar precisamente en el libro de Varulf y que remataremos con Koram y Anpu).
Porque Sucumbir a la noche, además de la historia personal de estos dos carismáticos licos es también el colofón de la historia general. El desenlace e incluso el epílogo.
En este libro descubriremos la batalla final de los licos. La lucha final que eliminará la única amenaza que pende sobre la cabeza del Hati, una identidad que no pienso descubrir a favor de aquel que no haya leído todavía la saga. El único lico descendiente de dos puros, el Alfa con mayúsculas —como él mismo se denomina—. El líder de la raza, que ostenta el cargo superior entre todos ellos.
Sin embargo, Sucumbir a la noche, no es la historia del Hati, sino la del Sköll. Dejadme que os lea un fragmento de la profecía que habla de estas dos figuras míticas, extraídas de Conspiración en la noche y que pondrá algunos datos reveladores sobre el tapete:
>>(…) El sol no calentará más y la tierra se sumirá en un frío y violento caos. Tres inviernos seguirán sin sus veranos, los hermanos se matarán entre sí por envidia, y las batallas estarán a la orden del día. No se respetará ni al padre ni al hijo, ni en las matanzas ni en el incesto….
… Después de la persecución perpetua, que se ha llevado a cabo desde la creación del universo, el lobo Sköll y su hermano Hati finalmente devorarán a la diosa Sol y a Mani, la luna. Las estrellas desaparecerán de los cielos, sumiendo a la tierra en oscuridad. Y será en estos tiempos cuando toda unión se romperá y la cadena y cada uno de sus eslabones serán destruidos.
Ésta es la profecía que veremos hacerse realidad en Sucumbir a la noche. Sus páginas son el relato de cómo ocurre.
Pero además, es la historia de amor de dos de los protagonistas de la serie: Koram, un híbrido que bajo la tutela de un poderoso Nagual encuentra el amor en los brazos de Citlalli, una pura, hija de Lycaón y Manon, los protagonistas de aquel I Premio Terciopelo en Al llegar la noche.
Pero, llegados a este punto, creo que es necesario que os explique esa complicada nomenclatura que Jezz da a sus personajes. Porque, ¿qué es un Híbrido? ¿Y una Pura? ¿Y un Nagual? Dejadme que os lo resuma.
Los licos se diferencian por la pureza de su sangre. Y ésta viene dada en función de su nacimiento como Licos o conversión a esta naturaleza.
Los Originales: son humanos malditos por los procedimientos poco loables de una bruja. Un proceso en el que las almas de un ser humano y un lobo son unidas bajo el poder de un amuleto, el único objeto que podrá dirigir la transformación y los hechos del este lico convertido a una nueva naturaleza.
Los Híbridos: licos nacidos de la unión de un Original y un Humano que vienen al mundo con dos almas: una maldita y una humana. Su infancia y adolescencia es normal pero, con el paso de los años, dará lugar a una nueva naturaleza que será revelada a través de los sueños y que, para que pueda desarrollarse sin interferir en la salud mental del perceptor, habrá de pasar por el ritual de “Unión de Almas”. Aunque estos seres no dependen del amuleto para regir sus actos, son sin embargo menos poderosos que los Originales.
Los Puros: Son los nacidos de la unión de dos licos y las variaciones y permutaciones son tantas como sus tipos: dos Originales, un Híbrido y un Original, otro Puro y un Híbrido… La concentración de la maldición es tan alta en ellos, mayor cuanto más grande es el poder de sus progenitores, que les impide tener descendencia entre dos seres de su misma naturaleza. Por ello, si quieren procrear deberán hacerlo con un lico de inferior rango.
Y por último, los Dominantes: El último y más poderoso de los rangos. Son el resultado directo entre un Puro y un Original. No son fértiles, por lo que su existencia es limitadísima. Y, debido a su poder, ya que pueden leer las mentes e incluso comunicarse telepáticamente hasta interferir en los cerebros ajenos, están muy controlados desde su nacimiento y son educados para prestar sus servicios en el Consejo.
Pero además de estas categorías, tenemos dos más:
Los Naguales: que más que un rango es un estatus. No cualquier lico puede acceder a ella. Para lograrlo es necesario haber nacido Híbrido y pasar por el ritual de “Unión de almas”. Son malditos por partida doble ya que en este rito se vuelve a maldecir al Híbrido. Este estatus da acceso a conocimientos mágicos, ceremonias y rituales que protegen a la raza pero, sobre todo, a ciertos documentos secretos. Amarok, Anpu y en un futuro Koram, son claros representantes de esta categoría.
Y los Infectados: estos no son más que humanos que han sido mordidos por un lico. Su alma humana ha sido infectada por la maldición pero, al no albergarla, son simples marionetas al servicio de la maldad, dada su sed de sangre. Ellos son, en su gran mayoría, los causantes de ataques a personas.
Y una vez aclarados estos puntos, dejadme que aborde por fin a Koram y Anpu.
Koram, al que Varulf llama “el pimpollo” nos sorprenderá con su fuerza y su poder. Un simple Híbrido que, abandonado en un bosque a su lamentable destino al poco de nacer, tiene la suerte de ser rescatado por el Alfa de la manada de Durango. Éste le ayudará a salir adelante convirtiéndose en su mentor y le guiará e instruirá en los difíciles primeros pasos en su juventud.
Sin embargo el Hati tiene otros planes para él. Tras ponerle en manos del más poderoso Nagual de la raza para su adiestramiento como Nagual, Koram descubrirá una nueva naturaleza. Una que ni siquiera él mismo sabe que posee y que, por supuesto, sólo es conocida por el manipulador Varulf y por Anpu, su maestro.
Pero las cosas no son tan fáciles. El lico ha visto nacer y crecer a Citlalli, la hija de su mentor, una Pura que le hará “morder el polvo” cuando finalmente reconozca que está locamente enamorado de ella.
Y la hembra no va a ponérselo fácil. El orgullo de raza, la pureza de su sangre y los inconvenientes que encontrará en la aprobación de su progenitor harán que Koram sude tinta china para conseguir su objetivo. Sobre todo cuando los escarceos amorosos de Citlalli con un Puro de la manada, Jairo, le hagan perder la cabeza, además de los papeles, presa de los celos.
Sólo unos acontecimientos inesperados que surgen a raíz de la lucha que se libra entre los miembros de la raza lico contra grupos de humanos cazalobos, dirigidos por el falso y traicionero Fenrir, cuyo único objetivo es capturar al Hati, revelará esta condición. Aunque… Varulf, el puro al que odia con toda su alma, también tendrá un relevante papel en ello.
Pero este libro no sólo cuenta con la historia de Koram. Jezz Burning alterna en sus páginas la propia historia de amor de su maestro, Anpu. El Nagual egipcio de oscuro pasado que tiene tanto que esconder como motivos para superar el terrible secreto que amenaza sus días y amarga sus noches.
Aquí Anpu se reecontrará con Shemei, una Original que fue la causante de todas sus desdichas y que hará que el egipcio se replantee muchas cosas mientras lucha entre sucumbir a los dictados de su corazón u obedecer a la lógica de la razón.
Y aunque en nuestras novelas siempre triunfa el amor, los caminos que recorren los protagonistas hasta llegar a buen puerto nunca son fáciles. En esta novela, los de Anpu además de difíciles será pedregosos. Tanto él como Shemei tendrán que sortear toda clase de escollos antes de reconocer sus errores.
Sucumbir a la noche es una novela vibrante. Sorpresiva. Emocionante y divertida, que nos mantendrá en la duda y la incertidumbre durante las 316 páginas que la conforman. Raquel Barco nos hará pasar por un caleidoscopio de sensaciones, haciendo que cambiemos de registro con una cadencia que casi nos pondrá al borde del infarto con esa pluma ágil que la caracteriza. Viviremos las sensaciones de los protagonistas; pelearemos codo con codo con Varulf, Atrox, Lycaon, Amarok y, como no, Anpu y Koram; reiremos las ocurrencias del manipulador de la manada; maldeciremos las dudas paternales de nuestro querido Lycaon; sonreiremos los crípticos mensajes de nuestro añorado indio Amarok; nos dejaremos llevar por los arrebatos de Atrox y celebraremos cada una de las barrabasadas que las damas de estos imponentes licos guarden en sus mangas contra sus parejas.
Porque, Jezz Burning, con su ágil prosa, su particular sentido del humor y su magistral capacidad para hilar tramas, nos envolverá en estas páginas hasta que, por fin, leamos la última palabra.
2 comentarios:
Gauooo qué presentación!!! hace tiempo me leí "Al llegar la noche" y me encantó... ahora no sólo la reeleré, sino que buscare por cielo y tierra el resto de los libros... esas historias no me las pierdo... felicidades.
Muchísimas gracias guapa! Espero que los disfrutes muchísimo :D Ya me contarás!!!
Publicar un comentario