Más románticos que nunca
La novela romántica amplía sus horizontes, se fortalece en la web y aumenta su presencia en las librerías
EFE/Reportajes
Novela romántica, sentimental, rosa o de mujeres han sido alguno de los calificativos para un tipo de literatura que narra las vicisitudes de una pareja para llevar su amor a buen puerto. La capacidad de este género para reflejar los cambios sociales y adaptarse a los gustos de la época le ha granjeado el favor del público, aunque no así el de la crítica.
La literatura romántica vive una etapa dorada, en la que parece decidida a desprenderse definitivamente de la etiqueta de "literatura menor".
Las historias de amor han estado presentes desde siempre. Muchos cuentos de los hermanos Grimm o Hans Christian Andersen basados en la tradición oral son historias de amor con final feliz.
En el siglo 19, la novela romántica se popularizó sobre todo gracias a los folletines o novelas por entrega. Su interés por ensalzar o criticar valores sociales y llegar al mayor público posible hizo que, en la mayoría de los casos, no tuvieran un alto nivel literario. Aunque también de este siglo son Orgullo y prejuicio, Cumbres borrascosas o Jane Eyre, consideradas grandes obras de la literatura universal.
La novela romántica española tuvo en Corín Tellado a una de sus mayores representantes durante décadas. En la actualidad, el mercado de este tipo de literatura está copado por escritoras anglosajonas aunque esto empieza a cambiar.
La novela romántica actual se caracteriza por incorporar elementos característicos de otros géneros como la intriga o los fenómenos paranormales, elaborar complejas subtramas y concebir personajes, aparte de la pareja protagonista, con peso en la historia.
Perdiendo la vergüenza
En España y Latinoamérica existe cierta "vergüenza" a la hora de admitir que se leen este tipo de novelas según Almudena Gil, directora de Marketing de la división para España, Hispanoamérica y Portugal de la mayor editorial de novela romántica, la canadiense Harlequín.
"Conozco gente que forra los libros para leerlos en el metro o en el autobús porque no quieren reconocer que leen romántica", comenta Gil.
En esto ha tenido mucho que ver la "mala prensa" que ha acompañado al género, según la presidenta de la Asociación de Autoras Románticas de España (ADARDE), Raquel Barco. Para combatir una actitud que "sólo explica la ignorancia" y para dignificar el oficio, en 2009, nació la asociación que preside.
"Las cosas están cambiando mucho y muy rápido. Basta ver el interés de las editoriales por un género que antes casi se escondía en las librerías y surgen iniciativas como exposiciones o programas de radio para dar a conocer el género", señala Barco.
Esta escritora fue la ganadora del primer premio de novela romántica organizado por una editorial en España. Con el seudónimo de Jezz Burning y una novela romántica paranormal, Al llegar la noche, se alzó, en 2006, con el Premio Terciopelo.
Esta iniciativa abrió el camino para que otras autoras del País se animaran a presentar sus obras. Poco a poco, las editoriales han creado nuevas colecciones dedicadas a este género e incluyendo en sus catálogos a autoras de habla castellana.
Incluso Harlequín-Ibérica que, hasta ahora, sólo publicaba los best sellers de los escritores canadienses y estadounidenses, está a punto de sacar dos títulos de autoras españolas.
El enorme abanico de la novela romántica .
El catálogo de Harlequín es un buen ejemplo de los diferentes tipos de novelas que se engloban bajo la etiqueta de "romántica".
"Las novelas de las miniseries Bianca, Jazmín, Julia y Deseo, cuyos títulos dan pistas sobre el grado de pasión y erotismo que contienen, son historias cortas pero bien escritas sin otra aspiración que la de entretener", comenta Gil.
Nora Roberts, Robyn Hill o Anne Stuart son algunas de las "estrellas" de la novela romántica que publica Harlequín. Sus obras responden a la nueva moda de novela romántica, con argumentos y tramas que permiten un desarrollo más largo, muchas son sagas, y personajes más complicados.
Muchas veces, y dado que recrean escenarios y épocas alejadas de la actual, hay un importante trabajo de documentación como ilustra el ejemplo de los populares "Highlander" (subgénero de romántica que transcurre en Escocia) que firma la estadounidense de origen hispano Diana Gabaldón. Varias compañías de viajes han visto en sus novelas un buen reclamo para el turismo y ofrecen tours por los escenarios escoceses de sus libros.
Nuevos tiempos, nuevas protagonistas.
Una mención especial merece la "chick lit", un subgénero de la novela romántica protagonizada por jóvenes trabajadoras y solteras que cuentan en primera persona y con mucho humor los problemas que enfrentan en su vida personal y profesional. El diario de Bridget Jones, de la británica Helen Fielding, fue un gran éxito tanto en su presentación impresa como en la versión cinematográfica que protagonizó la actriz Renée Zellweger.
Enlace a la noticia original: http://www.noroeste.com.mx/publicaciones.php?id=718786
La literatura romántica vive una etapa dorada, en la que parece decidida a desprenderse definitivamente de la etiqueta de "literatura menor".
Las historias de amor han estado presentes desde siempre. Muchos cuentos de los hermanos Grimm o Hans Christian Andersen basados en la tradición oral son historias de amor con final feliz.
En el siglo 19, la novela romántica se popularizó sobre todo gracias a los folletines o novelas por entrega. Su interés por ensalzar o criticar valores sociales y llegar al mayor público posible hizo que, en la mayoría de los casos, no tuvieran un alto nivel literario. Aunque también de este siglo son Orgullo y prejuicio, Cumbres borrascosas o Jane Eyre, consideradas grandes obras de la literatura universal.
La novela romántica española tuvo en Corín Tellado a una de sus mayores representantes durante décadas. En la actualidad, el mercado de este tipo de literatura está copado por escritoras anglosajonas aunque esto empieza a cambiar.
La novela romántica actual se caracteriza por incorporar elementos característicos de otros géneros como la intriga o los fenómenos paranormales, elaborar complejas subtramas y concebir personajes, aparte de la pareja protagonista, con peso en la historia.
Perdiendo la vergüenza
En España y Latinoamérica existe cierta "vergüenza" a la hora de admitir que se leen este tipo de novelas según Almudena Gil, directora de Marketing de la división para España, Hispanoamérica y Portugal de la mayor editorial de novela romántica, la canadiense Harlequín.
"Conozco gente que forra los libros para leerlos en el metro o en el autobús porque no quieren reconocer que leen romántica", comenta Gil.
En esto ha tenido mucho que ver la "mala prensa" que ha acompañado al género, según la presidenta de la Asociación de Autoras Románticas de España (ADARDE), Raquel Barco. Para combatir una actitud que "sólo explica la ignorancia" y para dignificar el oficio, en 2009, nació la asociación que preside.
"Las cosas están cambiando mucho y muy rápido. Basta ver el interés de las editoriales por un género que antes casi se escondía en las librerías y surgen iniciativas como exposiciones o programas de radio para dar a conocer el género", señala Barco.
Esta escritora fue la ganadora del primer premio de novela romántica organizado por una editorial en España. Con el seudónimo de Jezz Burning y una novela romántica paranormal, Al llegar la noche, se alzó, en 2006, con el Premio Terciopelo.
Esta iniciativa abrió el camino para que otras autoras del País se animaran a presentar sus obras. Poco a poco, las editoriales han creado nuevas colecciones dedicadas a este género e incluyendo en sus catálogos a autoras de habla castellana.
Incluso Harlequín-Ibérica que, hasta ahora, sólo publicaba los best sellers de los escritores canadienses y estadounidenses, está a punto de sacar dos títulos de autoras españolas.
El enorme abanico de la novela romántica .
El catálogo de Harlequín es un buen ejemplo de los diferentes tipos de novelas que se engloban bajo la etiqueta de "romántica".
"Las novelas de las miniseries Bianca, Jazmín, Julia y Deseo, cuyos títulos dan pistas sobre el grado de pasión y erotismo que contienen, son historias cortas pero bien escritas sin otra aspiración que la de entretener", comenta Gil.
Nora Roberts, Robyn Hill o Anne Stuart son algunas de las "estrellas" de la novela romántica que publica Harlequín. Sus obras responden a la nueva moda de novela romántica, con argumentos y tramas que permiten un desarrollo más largo, muchas son sagas, y personajes más complicados.
Muchas veces, y dado que recrean escenarios y épocas alejadas de la actual, hay un importante trabajo de documentación como ilustra el ejemplo de los populares "Highlander" (subgénero de romántica que transcurre en Escocia) que firma la estadounidense de origen hispano Diana Gabaldón. Varias compañías de viajes han visto en sus novelas un buen reclamo para el turismo y ofrecen tours por los escenarios escoceses de sus libros.
Nuevos tiempos, nuevas protagonistas.
Una mención especial merece la "chick lit", un subgénero de la novela romántica protagonizada por jóvenes trabajadoras y solteras que cuentan en primera persona y con mucho humor los problemas que enfrentan en su vida personal y profesional. El diario de Bridget Jones, de la británica Helen Fielding, fue un gran éxito tanto en su presentación impresa como en la versión cinematográfica que protagonizó la actriz Renée Zellweger.
Enlace a la noticia original: http://www.noroeste.com.mx/publicaciones.php?id=718786
4 comentarios:
Un "paseo" por la novela romántica bastante exhaustivo y acertado.
Un artículo estupendo!! Muy bien Raquel!
Muchas gracias por vuestros comentarios guapas!!
Wooooo que no lo había visto ¡Enhorabuenaaaaaaaaaa! Un artículo estupendo guapetona. Besotes
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